Alcanzar un alto nivel en las disciplinas artísticas requiere entrenamiento, dedicación y práctica. En la música, tocas los instrumentos todos los días. En la literatura, enfrentas el papel y escribes todos los días. En la danza, practicas combinaciones y generas movimiento todos los días.
Pero en la dirección escénica, cuando no estás en medio de un proceso creativo, ¿cómo se ejercita la profesión?
Sabemos lo que es dirigir una obra por meses, presentarla, y no volver a ejercer la dirección hasta un próximo proyecto. En ese tiempo intermedio, debe existir alguna forma de poner en práctica la dirección para continuar con el proceso de crecimiento.
Con esto en mente, nos sentamos con el director puertorriqueño Heriberto Feliciano y le preguntamos: ¿Cómo se ejercita la dirección teatral en el día a día?
Heriberto Feliciano Rodríguez es director, actor y profesor del Departamento de Drama de la Universidad de Puerto Rico. Posee un bachillerato en actuación de la UPR Río Piedras, y una maestría en dirección y actuación de la Universidad de La Merced y ESAS (Murcia, España). Es cofundador de Teatro en la Azotea y director artístico de la compañía de teatro independiente La bicicleta, a la cual ha dirigido en múltiples procesos de creación colectiva.
Heriberto nos aseguró que él practica la dirección todos los días. ¿Cómo?
La observación
Todos los días practico la observación. La observación es fundamental. Observando el tránsito de las personas, veo profundidad, composición... Creo que es necesario salir y exponerse a diferentes espacios, ya que ahí es donde se puede ver a la gente tomando desiciones. Pero no se trata de salir por salir. Se trata de salir y de estar presente, de observar con atención cómo nos comportamos y qué estrategias utilizamos para comunicarnos. Luego, es conveniente tener periodos de soledad para estudiar todo lo que has captado en esos espacios y así poder organizar el pensamiento.
Ahí ves:
Cómo la gente se relaciona con la arquitectura
Cómo la gente se mueve en masas
Cuáles son esos ritmos y velocidades de las personas en estos espacios
Cómo son los gestos de las personas.
Cómo se comunican y toman desiciones
Esto te brinda referencias de cómo las personas interactúan en su cotidianidad para, a partir de ahí, hacer teatro.
Leer
El teatro, así como el arte, se trata de explorar la condición humana. Si estamos explorando la condición humana, tenemos que tratar de absorber todo el conocimiento que nos sea posible. Leer de todo. No solo de teatro.
Hay que tener diferentes visiones de un mismo tema. Por ejemplo: si tienes una perspectiva histórica de la España franquista y estás montando Los títeres de cachiporra de Federico García Lorca, puedes trabajar un buen concepto de dirección montando la obra con un grupo de actores y actrices como si estuviesen en La Barraca.
*La Barraca fue un proyecto cultural que promovía llevar teatro por distintas provincias de España durante la Segunda República. Con la Guerra Civil Española, el proyecto no pudo continuar.
Teniendo en cuenta un mínimo de perspectiva histórica, una propuesta así lo que hace es elevar la puesta en escena.
Ahora, nos preguntamos: ¿El público realmente ve eso? (Se ríe) Lo que sucede es que la dirección se realiza en distintas capas... Todo público puede encontrar valor y verdad en la puesta escénica - eso es una buena dirección.
Exponerse a las artes vivas: teatro, música, baile…
Pero no vamos meramente a sentarnos como público. Vamos a ir viendo cómo el publico recibe estas manifestaciones artísticas y cómo reaccionan a lo que sucede.
¿De qué se ríen?
¿A qué le aplauden?
¿Qué funcionó?
¿Qué no funcionó?
Hay que conocer al público porque al final del día, le estamos hablando al público puertorriqueño.
También, parte del trabajo es que no solo vamos a ver, por ejemplo, teatro que nos gusta.
Tenemos que ver todo tipo de teatro para ir entendiendo y estudiando a lo diverso que es el público en Puerto Rico.
Con dedicación y disciplina, tendremos la confianza de que todos los detalles minúsculos estarán basados en la realidad que ya hemos estudiado. Si ensayamos la dirección todos los días, nos enfrentaremos al oficio con la seguridad de que conocemos, unas veces más, otras menos, a nuestro público. Sabremos qué les gusta, qué los hace reír, qué se esperan y qué no esperan.
Finalmente, podremos conocer un poco mejor al ser humano.
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