Como compañía de teatro, nos causa una felicidad incalculable el pronto regreso a los escenarios del país tras más de un año de ausencia. No se nos escapa la situación que seguimos atravesando como comunidad global, y buscamos cómo, desde el teatro, podamos conectar con nuestra realidad en un contexto global, con nuestra historia y con nuestra humanidad, para así llevar a cabo actos de reflexión, disfrute y sanación colectiva. La historia del zoo, icónica obra de la dramaturgia estadounidense, explora temas que resuenan notablemente con la realidad actual, como la necesidad tan humana de conexión, el aislamiento, la soledad, la falta de comunicación y la disparidad social.

Esta fue la primera obra del dramaturgo Edward Albee -autor de Quién teme a Virginia Woolf-, y nos resulta importante destacar que los temas que lo obsesionaban en el Nueva York de 1958, mantienen un vínculo arrollador con nuestra realidad pandémica. A su vez, reconociendo la necesidad de disfrute, reflexión y libertad de pensamiento en el público, hemos elegido una pieza con muchísimo humor, insertada en la corriente de Teatro del Absurdo, que no es moralista ni intenta encasillar la opinión de la audiencia, un manjar para dos grandes actores de nuestro país, y para quienes asumen los puestos de dirección y diseño, un texto íntimo, irreverente y punzante, que nos confronta con nuestra humanidad, nuestro sentido de comunidad, y nuestro instinto animal de supervivencia.