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Consejos para escribir teatro de temas controversiales | Pedro Rodiz


A veces tenemos ciertas inquietudes y pensamientos que quisiéramos explorar en una historia pero sentimos un miedo razonable a tocar esas temáticas, ya que sin duda alguna pueden ser temas que provocan controversia.


Por una parte, sentimos que tanto el tema como nuestra voz respecto a ello se deben tratar pero tememos las consecuencias de escribir sobre estos tabús o escribir algo políticamente incorrecto. ¿Acaso nos censuramos? ¿Cómo domamos un punto de vista que incomode demasiado? ¿Cómo tocamos lo que es socialmente sagrado: “los temas que no se tocan”?

Por eso, nos sentamos con el dramaturgo puertorriqueño Pedro Rodiz para preguntarle, cómo él trabaja sus obras atrevidas.


Pedro Rodiz ha escrito más de 20 obras de teatro. Ha escrito obras como Deus ex machina - ganadora del Premio Nacional de Dramaturgia otorgado por el Pen Club de Puerto Rico Internacional - es una obra donde el diablo tiene a Jesucristo atrapado en un laboratorio conocidas por su tono fue el con la obra Deus ex machina. En su publicación: La dramaturgia como granada, llega a definir su dramaturgia de la siguiente manera:


“...se ha vuelto oscura, arriesgada, inusual, desconcertante y sorpresiva. Me deleito armando ideas complejas y volátiles como pólvora hasta convertirlas en granadas. Todo lo canónico lo he mandado al carajo. Ya nada es sagrado, todo es motivo enjuiciamiento y hasta de burla. Ni siquiera mi madre se salva.”

Aquí, una serie de consejos que nos presentó Pedro Ruiz escribir lo que llamaremos ‘teatro atrevido’:


 

1. Escribe de esas inquietudes que tienes a los personajes.

Todos tenemos inquietudes y problemas y pensamos cosas particulares y en ocasiones políticamente incorrectas.

Ahora vamos a darles esas inquietudes, esos problemas, esos pensamientos a los personajes, y ellos van a explorar esos temas por nosotros. De esa manera los enriquecemos y los podemos hacer concluir ideas que inclusive, nosotros no somos de la misma opinión.

Ahora…


2. Hay que hacer una separación entre lo que yo creo como persona y lo que piensan los personajes en función de la trama.

¡Y ser bien estricto con eso!

No comprometas el criterio del personaje porque estés en desacuerdo.

No te juzgues. No te censures. No eres tú, son los personajes.


Deja fluir esos pensamientos que tienes bien internos porque a lo mejor hay otras personas que tienen la misma inquietud. A lo mejor no es políticamente correcto, pero hay veces que se tiene que escribir cosas políticamente incorrectas. Si lo haces correcto, se corre el riesgo de convertirse en un panfleto.


3. No tener miedo a lo que puedan decir de ti.

A la hora de escribir de estos temas, tenemos que estar claro que lo que está en el papel, es ficción y no tu vida personal.


Parte del trabajo del escritor es decir lo que se tenga que decir, aunque te cueste amistades.

Cuando escribí Legoman, tenía algunas situaciones que son sobre mi relación con mi hijo. Cuando las puse en el papel, sabía que era privado, personal entre él y yo. Pensé quitarlo como padre, pero los personajes se hubiesen quedado sin esa dimensión interesante, se hubiesen quedado sin dimensiones, por tanto, un poco acartonados.


Muchas veces, eso que no queremos decir es precisamente lo que se tiene que decir.


4. La finalidad es poner a las personas a pensar.

Aunque al público no les guste al principio, uno debe buscar que salgan pensando y reflexionando. La meta es provocar nuevos pensamientos en la gente que asiste a la puesta en escena. En muchas ocasiones, salgo de obras que provocan muchos sentimientos, incluso contradictorios. No las evalúo por si mi gustan, sino por si me dejan pensando. Y me termino diciendo: bueno, si me tienen pensando tanto, ¡algo me tuvo que haberme gustado!


Nunca escribas subestimando al público. Escribe pensando que el espectador es inteligente. El espectador no es bruto. Él sabe. Ponlo a pensar más allá de su zona de confort.


5. Date la oportunidad de escribir lo que quieras.

¿Por qué no? ¡A lo mejor te gusta! ¡A lo mejor descubres lo que quieres escribir! Tú decides si lo compartes o no. El momento en que lo escribes, nadie lo está leyendo.

Pasaste por un proceso maravilloso de explorar unas ideas que te rondaban en la cabeza. Lo importante es escribir, así se desarrolla el oficio.


6. El escribir es como correr.

Lo más difícil de correr es llegar a la pista.

Tienes mil excusas para dejarlo para otro día, pero adelantas más corriendo una o dos vueltas que no ir correr. Lo más difícil de escribir es llegar a la libreta o a la computadora, pero una vez estás ahí, escribes.


 


A lo mejor la obra no cuaja. A lo mejor descubres algo extraordinario. A lo mejor no te encanta. Pero quién sabe, a lo mejor te sorprendes. Tú lo sabrás, pero tienes que sentarte a escribir.

Creemos que el teatro, como cualquier otro arte, es un espacio de explorar las ideas, escuchar otras voces y descubrir nuevas perspectivas que nos transforman y nos hacen mejores personas. Entendemos que en ocasiones, estas voces y perspectivas no son recibidas con los brazos abiertos en la sociedad ni en el teatro. Sabemos que la controversia no es motivo de censura. Todo lo contrario. A veces aquello que no queremos escuchar es precisamente lo que necesitamos para crecer.


“Se dice que ningún árbol puede crecer hasta el cielo a menos que sus raíces lleguen al infierno”

C.G. Jung

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